domingo, 20 de diciembre de 2009

5º carnaval de La Legua: Entre reparar cletas y disfrutar las comparsas.








Llegué a La Legua antes de llegar. Cuando estaba cerca, le pregunté a un señor sobre una calle y se ofreció acompañarme, por supuesto acepté. Varias veces me ha pasado que estoy perdido y alguien se ofrece a llevarme.

Me dejó en la Plaza Salvador Allende donde nuestros amigos de "Pedalea Beaucheff" ya llevaban como 20 cletas arregladas. Lo primero que hice fue darme una vuelta, mirar los diferentes puestos de actividades y conversar un poco. Conocí a Alvaro Ricoe, un escritor que cuenta historias de la legua y tiene un taller de literatura que me invitó a conocer. El primer cuento del libro "Historias de La Legua" cuenta el duelo a cuchillazos entre el Rucio y el Tumbao.





Ya con el cuerpo suelto me puse a arreglar bicis, llegaban masas desajustadas, llantas chuecas, muchas muchas panas, algunas que no podíamos arreglar. Algo que facilitó mucho el arreglo fue que del centro cultural se pusieron con todos los repuestos; quizás para la próxima sería bueno conseguirse algunas cámaras tb (sobre todo de aro 20), ya que varias cletas con excepción de eso.Fue divertido un niño que me dijo "Tío, me regala una bici?. - No, no puedo, aquí solo arreglamos. - Ahh!, entonces voy a ir a buscar la mía".

Ya como a las 5 comenzamos a cerrar, me fui a dar una vuelta al centro cultural donde conversé con Coni quien nos invitó a ir más seguido y coordinar actividades con ellos. También me comí un plato de porotos riquísimo en una olla que me hizo entender el concepto de ollas populares, la cagó pa grande, casi tan infinita que cuando metí el cucharón toqué el fondo de los 80.

Cuando volvimos a la plaza las comparsas ya estaban listas para bailar. La calle Comandante Riesle comenzó a moverse con todos nosotros en ella. Varios grupos que ya conocía como la comparsa de baile andino de Lo Hermida o la Chin Chin Tirapié tb estaban. Los vestidos y la música me gustan tanto que me revitalizan casi tanto como el aire andino. Con las comparsas nos metimos en las calles pequeñas de la población y pasó algo que fue bien especial. Los bailarines de la chin chin que estaban disfrazados de una especie de monstruos con ropa de policía con cabezas chanchos, dragones o sapos se metían dentro de los almacenes, revolvían la ropa colgada, levantaban y miraban dentro de los basureros haciendo referencia a los allanamientos que se hacen continuamente.



Nose cuan seguido se puede ir a la legua tan libremente y romper la barrera de la desconfianza; es cierto que deben haber narcos, pero filo, cuando somos hartos no pasa nada. Aquí subo algunas fotos del día. Me gustaría que fuéramos de nuevo. Un saludo tb a lxs cabrxs de Beaucheff.

1 comentario:

Camila dijo...

Exelente!....me hubiese gustado ir!, muy buena experiencia, podríamos implantarlo como hito del taller como las salidas al cajón...yo he ido solo una vez a la Legua y no en bici, no sabría como llegar en cleta... buenísimo, vamos todoas el proximo carnaval!....derepente podríamos también intentar ir a los otros carnavales que se hacen en santiago avisando previamente pa que sepan que arreglamos bicis.
Saludos!,
Camila.